viernes, 20 de agosto de 2010

Amuzgos de Oaxaca y Guerrero.

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Niña amuzga jugando a matatena (las tabas).

Los amuzgos habitan en México, estados de Oaxaca y Guerrero. Constituyen generalmente una etina minoritaria. Son unos 58.000 de los cuales 49.000 hablan la lengua amuzga. El porcentaje de menores de 25 años supera el 60%. Como la inmensa mayoría de las poblaciones indígenas, los amuzgos viven en la pobreza: poco más del 20% de los adultos tienen educación secundaria o superior, más del 80% están ocupados en actividades agropecuarias de subsistencia o no tienen ingresos y solo el 20% de las viviendas están conectadas al alcantarillado.
  • En Oaxaca se encuentran en los municipios al Oeste:
    • San Pedro Amuzgos.
    • Santa María Ipalapa
  • En Guerrero se sitúan en la región sureste:
    • Xochistlahuaca.
    • Tlacoachistlahuaca.
    • Ometepec.
Cada población tiene su propio nombre, como Tzjon Non en San Pedro Amuzgos o Tzo'tyio en Santa María Ipalapa.
Recientemente, un buen número de amuzgos han migrado a otros lugares de México y a Estados Unidos.

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    La lengua amuzga pertenece al grupo otomangue, y es de la subfamilia lingüística mixtecana a la que pertenecen también el triqui, el cuicateco, el chocho-popoloca, el mazateco, el ixcateco y el mixteco. Es un idioma tonal y las palabras se distinguen no solo por los sonidos sino también por la melodía utilizada al pronunciarlos.


    Algunos autores señalan que para el siglo XIV, en lo que hoy es Guerrero se encontraban ya asentados en la Costa Chica los yopis, mixtecos y amuzgos.





    Andrés Fernández Gatica señala que los amuzgos vivieron en libertad hasta el siglo XI, y a partir del año 1100 fueron sometidos por los mixtecos. Durante 300 años pagaron tributo (algodón, telas, plumas, pieles de animales, oro, maíz, frijol y chile), primero a los mixtecos y después a los aztecas. Hacia el año 1350 los aztecas ejercieron pleno dominio sobre el territorio amuzgo. A la llegada de los españoles y la instauración del sistema de encomiendas, los amuzgos abandonaron la costa del Pacífico y se resguardaron en la Sierra Madre del Sur, donde hoy viven.
    En la época colonial, se produjo la evangelización de los pueblos indígenas. Hasta 1818, Igualapa fue la capital de la región; posteriormente, los poderes civiles y religiosos se trasladaron a Ometepec. En 1563 Xochistlahuca era una cabecera administrativa y religiosa, condición que perdió en 1884. Una muestra de la implantación del catolicismo es la existencia de danzas de origen europeo como: el Diablo, los Chareos, los Tlamaques y los Apaches; así como la danza del Tigre, el Toro, la Tortuga, los Gachupines, los Moros, la Conquista, los Doce Pares de Francia y los Tecuanes.




    Los amuzgos han sufrido el acaparamiento y despojo violento de sus tierras por parte de los mestizos, quienes en contubernio con las autoridades agrarias se aprovechan de su poder político local para llevar a cabo la usurpación de las tierras comunales.


    Durante la dictadura porfiriana, el gobierno despojó a los amuzgos de sus tierras, al no poder demostrar con títulos sus derechos de propiedad. En la zona de Xochistlahuaca las tierras fueron vendidas a Guillermo Hacho, a quien los usufructuarios le pagaban una renta anual. Cuando triunfó la Revolución, Guillermo Hacho, temiendo una expropiación, vendió las tierras a las poblaciones amuzgas y al estadounidense Lewis Lamn, quien a su vez exigía un pago anual por familia.
    Durante los años treinta se recuperaron las tierras con las primeras dotaciones ejidales, al lograr que el gobierno expropiara e indemnizara las que poseía el estadounidense, y las restituyera como ejido el 25 de agosto de l933. La dotación, por Resolución Presidencial, abarcó una superficie de 6.384 hectáreas.
    Otro triunfo de los amuzgos fue el reconocimiento de Xochistlahuaca como municipio en 1934.
    Los amuzgos consideran que la enfermedad es el resultado de no acatar los patrones de comportamiento respecto a la naturaleza o a la sociedad, desequilibrio que sólo los especialistas tradicionales pueden resolver. Las enfermedades más comunes como dolor de estómago y de cabeza, fiebre, diarrea, vómito, gripe, tos, etcétera, son tratadas a nivel doméstico con plantas como hierbabuena, e infusiones como el té de limón, manzanilla, hierba santa, perejil, ruda, etcétera. Otro tipo de enfermedades, como el espanto y la pérdida del espíritu, son tratadas por especialistas conocidos como tzan t'i (gente que sabe) o los tzan kalwa (brujos), que pueden curar o causar daño. Éstos diagnostican la enfermedad a través de la observación y la pulsación de las manos.


    Las principales actividades son la agricultura de subsistencia y el trabajo artesanal. En algunas regiones, los indígenas cuentan con pocas cabezas de ganado vacuno, caprino, porcino y aves de corral, a diferencia de los mestizos que manejan una importante explotación ganadera.
    Las condiciones climatológicas y el tipo de suelo favorecen el cultivo de maíz, frijol, chile, ajonjolí, cacahuate, calabaza y caña; así como la producción del plátano, aguacate, melón, sandía, naranja, lima, cuajinicuil, limón, mango, nanche, papaya, tamarindo, mandarina, coco, ciruela, café, cacao, zapote y mamey.
    El maíz y el chocolate son los ejes de la gastronomía amazuga.





    En la región amuzga se identifican tres tipos de propiedad de la tierra:


    1. Comunal. Trabajo comunal. El monte es considerado terreno de trabajo comunal para el pastoreo. El uso comunal no se contrapone a la asignación personal de las parcelas ejidales.
    2. Ejidal. Trabajo comunal. Las autoridades ejidales y las asambleas del pueblo determinan el uso de los terrenos de cultivo. En el municipio de Xochistlahuaca se contabilizan cuatro ejidos amuzgos: Xochistlahuaca, Rancho del Cura Ejido,  Cerro Bronco  y Cozoyoapan; éste último es de tenencia comunal. En el municipio de Tlacoachistlahuaca los ejidos detentados por población amuzga son: el Limón, Huehuetónoc (comunal) y Tlacoachistlahuaca. En el municipio de Ometepec los ejidos con mayoría de población amuzga son: Cochoapa, Huajintepec, Huixtepec, La Guadalupe y Zacualpan.
    3. Privada. La posesión de ésta origina frecuentes conflictos entre los indígenas y los mestizos. 




    Los amuzgos elaboran objetos de barro como ollas, comales, jarros y cántaros; hamacas y morrales de ixtle, cestería de bambú y de palma. En Xochistlahuaca fabrican machetes con inscripciones propias de la región. Muchas mujeres elaboran artesanía textil hecha en telar de cintura. Casi toda la familia participa en el aprendizaje artesanal. Las mujeres enseñan a las niñas a tejer en el telar mientras que los varones enseñan a los niños el tejido de redes y hamacas.


    Las mujeres usan faldas floreadas con blusas sin mangas o vestidos ligeros y calzan huaraches (sandalias) o andan descalzas. Su pelo lo adornan con cordones de colores de estambres que llaman "Tlacoyales", hechos por ellas mismas o con flores de la región. 


    De tracoyales, colores y caracolas. Erica Soledad Suracce. 
    http://www.artelista.com/obra/2603080951538228-detlacoyalescoloresycaracolas.html


    El atuendo de gala consiste en una falda lisa o rayada y un huipil que les llega arriba de las rodillas. Las mujeres mayores acostumbran llevar abajo de sus huipiles el pasahuanque (una falda enrollada y entallada desde la cintura hasta los tobillos). Esta prenda se usa en algunas ocasiones como atuendo de novia; sin embargo, poco a poco se ha dejado de tejer.


    Ropa de mujer amuzga



    La ropa del  hombre, que realiza también la mujer, consiste en el coton (camisa de algodón) y el calzón blanco. Se dice que las características de los bordados y tipos de huipiles permiten identificar a la gente según el lugar de procedencia. Es típico reconocer a las amuzgas de Guerrero por la manera de amarrar su cabello en forma de trenza, alrededor de la cabeza.



     



    La base de la organización social radica en la familia nuclear y la familia extensa (padres con sus hijos, varones casados con sus mujeres y nietos, cuando el espacio lo permite). En estas comunidades surgen agrupaciones espontáneas de ayuda solidaria o mano vuelta entre parientes y amigos para tratar de resolver problemas inmediatos como mayordomías, casamientos, bautizos, cultivos y construcción de sus viviendas.
    Los hombres se casan en una edad promedio de 17 años y las mujeres de 15. En algunos casos son los padres quienes eligen la pareja para su hijo, y se valen de un pedidor, el que lleva y trae la palabra (anciano intermediario especialista en convencer utilizando del lenguaje ritualizado apropiado) que visitará varias veces a los padres de la novia para solicitar su mano. Se lleva a cabo el arreglo (prestaciones y contraprestaciones, en su mayor parte simbólicas, designación de padrino por parte de los novios, etc.). El padrino es una figura de la reciprocidad comunal: representará a la comunidad y correrá con los gastos, negociándolos con el padre del novio y el novio mismo. El pedidor fija la fecha para el quedamento, fiesta en que se anuncia el compromiso públicamenteEn la última visita el intermediario va acompañado por el novio y sus parientes más allegados; llevan alimentos, licor y cigarros. En la fiesta del casamiento hay abundante comida, alcohol y música.


    Los redondos o viviendas de las rancherías son de forma circular, con paredes de vara de otate colocadas verticalmente, algunas de ellas revocadas con barro, techo de zacate o de palma y piso de tierra, con una puerta de tabla u otate. Hay casas con dos cuartos pero muchas están conformadas por un solo cuarto que sirve de cocina y dormitorio, en el que sólo hay un fogón, y una cama de varas sostenida con horcones y cubierta con un petate. En las paredes cuelgan las herramientas de trabajo y algunos utensilios de cocina. La mayoría de las viviendas cuentan con un altar en el que se colocan diversas imágenes católicas. La cocina puede estar también en el patio, en una construcción redonda fabricada con postes de árboles a modo de paredes y que puede ser compartida. Es común que en las rancherías no se cuente con servicios de agua potable, energía eléctrica ni drenaje; Se acopia agua en manantiales, y se utilizan velas u ocotes para alumbrarse.

    Además de la autoridad municipal, de las agencias municipales y de las congregaciones, se reconocen las autoridades tradicionales como el Consejo de Ancianos.
    Los cargos civiles son, de menor a mayor: topil, miembro de la Asociación de Padres de Familia; jefe de policía, secretario y presidente municipal. Los cargos principales se disputan entre indígenas y mestizos.
    El comisariado ejidal se encarga de los asuntos referentes a la tenencia de la tierra; su periodo dura tres años, y requiere de una buena imagen ante el pueblo.
    La autoridad local determina la ejecución de obras en beneficio colectivo que se realizan mediante trabajo comunal obligatorio (tequios o fatigas).
    La presencia de varios partidos políticos ha agudizado las diferencias entre los grupos que buscan ocupar los cargos políticos. En ocasiones, son grupos con intereses externos a la comunidad los que disputan el control del poder municipal y agrario.


    Los amuzgos aún practican ritos de origen prehispánico, dedicados a la agricultura o a los dueños del monte, barrancas, ríos, arroyos, cuevas, etc., para recibir protección y abundantes cosechas. Estos ritos y ceremonias son realizados por especialistas. El nagualismo es una creencia ferviente en los poderes que poseen ciertas personas, sobre todo los brujos, quienes por medio de su animal o nagual causan perjuicio a las personas.
    Creen que por las noches aparecen unos pequeños niños que son penas del otro mundo, que vienen a jugar con los niños de la comunidad, por esa razón los padres de familia impiden que sus hijos salgan a jugar a la calle por la noche. En la noche se aparece la muerte en una carreta llevándose el alma de las personas que la ven pasar. Debido a estas creencias, las calles están desiertas por las noches.
    Las creencias asociadas al estado de la luna se encuentran presentes en muchas actividades económicas, como la siembra y el corte de madera de los árboles; al igual que en las simbólicas: la creencia de que con los eclipses de luna morirán niños y con los de sol, adultos.
    Si muere un casado, es enterrado con la cabeza hacia el oeste. Los solteros y los niños son colocados con la cabeza hacia el este. Existe la preferencia por el ataúd ligero porque permitirá que el cuerpo se reintegre a la tierra. Alma y sombra son diferenciados: el alma deja el cuerpo inmediatamente al morir éste, la sombra lo deja después de nueve días. Si antes de los nueve días, no son satisfechas las ofrendas al muerto, puede ser que la sombra del difunto rechace la partida y no descanse en paz. El espíritu de los muertos retorna en los días de Todos los Santos, a finales de octubre.
    En estas comunidades predomina la religión católica; sin embargo, en los últimos años ha crecido la influencia de grupos protestantes como los Testigos de Jehová, los Pentecosteses y la Luz del Mundo. En las cabeceras municipales existen templos católicos, y las congregaciones cuentan con capillas. Los mayordomos nombrados por el pueblo organizan las fiestas religiosas (sufragan además los gastos de las comidas) y cuidan el templo. Esto otorga prestigio y la posibilidad de ocupar en el futuro algún otro cargo.
    Las principales fiestas se organizan en torno a los santos católicos. En San Pedro Amuzgos la fiesta patronal es el 29 de junio; en Xochistlahuaca se festeja a san Miguel el 29 de septiembre, a santa Ana, a la virgen del Rosario, a las Ánimas, a san José, a la virgen de Dolores, a la santa Cruz, a el Divino Rostro, y a la Preciosa Sangre; a santa María en Ipalapa y a san Sebastián en Cozoyapan. Además, todas las comunidades celebran el Carnaval, Semana Santa, Todos los Santos y Navidad.


    Los amuzgos son vecinos de los mixtecos, los tlapanecos y los nahuas. Las relaciones con ellos no han sido cordiales, sobre todo con los mixtecos, a quienes se han subordinado desde la época prehispánica.
    El comercio ha propiciado mayor interacción entre estos grupos, sobre todo en las ferias regionales que concentran a toda su población.
    Es frecuente que los indígenas establezcan relaciones de compadrazgo con los mestizos para bautizos, primera comunión o casamiento; situación que no ocurre por parte de los mestizos hacía los indígenas.

    http://redalyc.uaemex.mx/pdf/417/41702507.pdf
    http://redalyc.uaemex.mx/pdf/747/74711130009.pdf
    http://pacificosur.ciesas.edu.mx/fichas/opcion03.html

    Otras entradas sobre México:

    1. 400 pueblos desnudos contra Yunes.
    2. Ch'oles. La presencia de los mayas.
    3. La creación de la mujer destruida en La Chona (Encarnación de Díaz).
    4. La enfermedad rarámuri.
    5. Las chinampas de Xochimilco.
    6. Los comcáac: guardianes de la tierra.
    7. Pajapan. Un problema de comunidades de habla.
    8. San Juan Chamula.
    9. Tequila: pueblo mágico.

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