jueves, 8 de septiembre de 2011

La violencia colectiva. ¿Fruto de la naturaleza humana, o del entorno?

Tottenham, 7 de agosto de 2011. (Lewis Whyld/PA/AP).


En los últimos tiempos muchos lugares del mundo han sido sacudidos por disturbios sociales. En especial, nos ha sorprendido la violencia de los disturbios de Londres. Después de cinco días de ira, los daños fueron estimados en £ 200 millones ($ 326 millones) y fueron arrestadas más de 3.000 personas.

http://en.wikipedia.org/wiki/2011_England_riots

Eric Michael Johnson se pregunta en el siguiente artículo si la razón de los disturbios violentos se encuentra en la naturaleza humana.

http://blogs.scientificamerican.com/primate-diaries/2011/09/06/freedom-to-riot/

La violencia colectiva, presenta un desafío a nuestra comprensión ordinaria del libre albedrío. Acciones que rara vez se adoptan de forma individual son realizadas sin problemas bajo el amparo de la masa.
Eric Michael Johnson aborda este problema como un evento biológico en el que se producen respuestas evolutivas adaptativas.

Reicher ha desarrollado el Modelo de identidad social de la conducta de la multitud. Según este modelo, las amenazas extremas son un incentivo a que los individuos se identifiquen con el grupo contra un enemigo común. Con frecuencia, un exceso de fuerza de la policía convierte a una multitud descontenta en una muchedumbre enfurecida. El comportamiento colectivo no es el resultado de la pérdida de identidad personal, sino el reflejo de una identidad social compartida por los miembros de la multitud. La selección natural nos ha preparado para identificarnos con el grupo en periodos de crisis. Pero este modelo no explica por qué se inician los alborotos.

El primatólogo Richard Wrangham piensa, como muchos otros científicos evolucionistas, que la violencia colectiva es una característica adaptativa de la especie humana.
La Masacre de Monkey Hill es un célebre estudio de caso de una matanza entre babuinos ocurrida en varios años a partir de 1930 en el zoológico de Londres. Se concluyó que la causa fue la discorida social. La muerte de un individuo trastornó la jerarquía política y la violencia se reprodujo hasta que la estabilidad se recuperó. Posteriores investigaciones determinaron la influencia del entorno (el cautiverio) en la matanza, y negaron su relación con la naturaleza de los babuinos, ya que un matanza similar nunca fue observada en condiciones de libertad.
Desde los acontecimientos de Monkey Hill, cientos de estudios con primates en cautiverio han demostrado la influencia de ambientes empobrecidos en la agresión mayor y el comportamiento antisocial.
El neurólogo Robert Sapolsky ha documentado en varios estudios, que el estrés social y las respuestas agresivas están altamente correlacionadas. El estrés inducido por el comportamiento agresivo es a la vez una adaptación y el resultado de las condiciones ambientales, Uno de los factores ambientales más importantes que intervienen en el estrés inducido por la agresión es la comida.

En nuestra propia especie, los estudios históricos y sociológicos de los factores que contribuyen a la violencia colectiva han encontrado algunas sorprendentes paralelismos con los estudios de los primates no humanos en cautiverio.
Esta conclusión se ve apoyada por un análisis de medidas de austeridad similares tomadas durante el siglo XX en toda Europa, llevada a cabo por los economistas Jacopo Ponticelli y Hans-Joachim Voth, del Centro de Investigación de Política Económica de Londres. Para elllos hubo una "clara relación entre la magnitud de los recortes de gastos y el aumento de la agitación social".

La especulación en derivados ha provocado la volatilidad de los precios agrícolas. En Londres, al igual que otras partes del mundo, viven personas pobres vulnerables a los precios de los alimentos propensas a participar en las protestas y participar en el desorden social. El 10 de noviembre de 2010, por ejemplo, las protestas estudiantiles se amotinaron cuando los recortes a la educación elevaron los derechos de matrícula a casi el triple. También hubo recortes en centros juveniles comunitarios, cobertura médica, desempleo y discapacidad, prestaciones por hijo, así como subsidios de vivienda y combustible para los pensionistas. Estas medidas de austeridad pueden haber empujado a estos individuos a su punto de ruptura. Los brotes de disturbios se concentraron en los barrios económicamente más desfavorecidos de la ciudad.
Fue en medio de estas condiciones ambientales que la policía disparó fatalmente a Marcos Duggan el 4 de agosto y supuestamente golpeó a una chica de 16 años de edad, durante una protesta pacífica. Para el estudioso de los sistemas complejos Bar-Yam, "este fue el hecho desencadenante que llevó a la violencia en general". Las personas involucradas al principio fueron las más necesidades. La violencia se extendió entonces en cascada a los demás, que se aprovecharon del desorden social por otras razones. “El desorden social es contagioso”

¿Qué tiene la culpa de estos casos de violencia colectiva, la naturaleza o las condiciones no naturales de la vida moderna? Aunque las respuestas que promueven la violencia colectiva pueden ser adaptativas, la investigación en primates en cautividad sugieren que estos comportamientos están fuertemente influenciados por el estrés ambiental. Durante el pasado año las condiciones ambientales fueron las justas para la activación de la discordia social en nuestra sociedad y, en el contagio que siguió, la violencia se extendió rápidamente entre una población predispuesta a una identidad compartida.

http://www.huffingtonpost.com/eric-michael-johnson/frans-de-waal-on-politics_b_896713.html

Quizá le falte a Eric Michael Johnson explicar por qué los participantes en las revueltas de Londres fueron en su mayoría jóvenes varones y por qué no robaron comida, sino ropa de marca, ordenadores, móviles y pantallas de plasma. Podemos interpretar que, debido a la educación recibida y a la influencia de la publicidad, para estos jóvenes, con una identidad en construcción, estos elementos pueden ser tanto o más importantes que la comida. Podemos pensar también que la naturaleza de las mujeres no es tan violenta como la de los varones. Y también podemos añadir que los jóvenes varones, en un entorno de "pandillas" juveniles, demuestran su valentía y adquieren estatus luchando contra la policía y comportándose de forma violenta y anti social.
Eric Michael Johnson no hace una interpretación en términos de lucha de clases, aunque menciona que si el capitalismo no es capaz de resolver sus problemas, puede que futuros desórdenes encadenados produzcan su crisis.

1 comentario:

  1. Recordando a Michel Faoucault: Vigilar y castigar. Del todo de acuerdo con el planteamiento expuesto. La evolución es un proceso que alcanza lo material y se soporta sobre la cultura del consumo. El varón joven se ha desprendido de los valores básicos que determinaban las pulsiones de sexo y alimento. La violencia colectiva es la total ausencia de yo persona, en favor del grupo. La indiferencia fente a los valores establecidos llega a superar cualquier limite. No se rompe realmente el límite, se sobrepasa porque no tiene razón de ser para quienes jamás ha existido.

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