miércoles, 27 de octubre de 2010

Empatía y neuronas espejo

Theodor Lipps concebía la empatía como el sentir, en nuestro propio cuerpo, las emociones de otra persona.

Según Stephanie D. Preston y Frans B. M. de Waals, el cerebro social se desarrolló en especies de mamíferos que vivían en grupos. Los individuos de estas especies se afligen ante el dolor de un coespecífico y actúan para acabar con el objeto que provoca dicho dolor, incluso aunque suponga un peligro para ellos mismos.

Para Daniel Goleman, se puede emplear “empatía” en tres sentidos diferentes:

  • Conocer los sentimientos de otra persona. Esto está muy relacionado con la Teoría de la Mente. (Componente cognitivo)
  • Sentir lo que está sintiendo. (Componente emocional)
  • Responder compasivamente a los problemas que le aquejan.
Según el modelo de percepción-acción de Preston y de Waals, la observación o imaginación de otra persona en un estado emocional particular activa de manera automática una representación de ese estado en el observador, con las respuestas fisiológicas asociadas. Al ser automático, se trataría de un proceso que no requiere conciencia ni esfuerzo de procesamiento, pero que no puede inhibirse ni controlarse. Se trata de una compleja forma de inferencia psicológica en la que la observación, la memoria, el conocimiento y el razonamiento se combinan para poder comprender los pensamientos y sentimientos de los demás
El movimiento que conduce de la empatía al acto, discurre a través de las neuronas espejo, empleando exactamente los mismos circuitos cerebrales que se ponen en marcha durante nuestra propia experiencia.

Las neuronas espejo están presentes en primates no humanos. No sólo codifican los actos motores observados, sino que además permiten al observador entender las intenciones del otro, incluso cuando la descripción visual de la acción no está completa.
El sistema de neuronas espejo se localiza en la corteza premotora y en otros circuitos motores

Al comparar entre géneros, las mujeres han mostrado por término medio, mayor respuesta empática.

No hay evidencia científica suficiente para saber si ambos componentes de la empatía (el cognitivo y el emocional) son partes que interactúan en un sistema único o si son independientes entre sí, aunque recientemente se ha mostrado que los circuitos neuronales que los regulan son diferentes

Se ha comprobado que las cortezas prefrontal y temporal, la amígdala y otras estructuras límbicas como la ínsula y la corteza cingulada desempeñan un papel fundamental en la empatía. Las estructuras cerebrales previamente señaladas guardarían semejanza con aquellas relacionadas con la agresión y la violencia por lo que los circuitos neuronales implicados en la empatía y la violencia podrían ser parcialmente similares.

Para Antonio Damasio (2010) este sistema pudo desarrollarse a partir de un sistema de bucle de simulación corporal, utilizado para simular los propios estados corporales. Con el tiempo, este sistema se aplicó a los demás.

Para saber más:

Textos utilizados:
Moya-Albiol L, Herrero N, Bernal MC. Bases neuronales de la empatía. Rev Neurol 2010; 50: 89-100.
Goleman, D. Inteligencia social. Kairós. 2006. 
Entrevista a Mario Iacoboni.

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