Según el registro fósil,
aparecen los homínidos de cabeza grande (más de 800 cc e importantes cambios en
la bóveda craneal) hace 1,8 Ma, coincidiendo con la acentuación de la aridez y
la pérdida de vegetación que dan inicio al Pleistoceno. La respuesta a las
presiones selectivas sobre Homo, fue
en primer lugar un aumento alómetrico del tamaño corporal y con ello del
cerebro. Este aumento de tamaño tiene que ver con un desarrollo lento y por
ello con un mayor periodo de dependencia de los neonatos. Disminuye el
dimorfismo sexual. Estamos en presencia de un considerable salto evolutivo que
ha de ser interpretado según la teoría de Gould de los equilibrios puntuados.
Después, durante miles de
años, el cerebro sigue creciendo lentamente hasta alcanzar 1.100 cc en los
últimos ejemplares. Junto con el aumento de cerebro, se incrementan también las
capacidades cognitivas: en sus comienzos, los erectus mantienen las condiciones
culturales olduvaienses de los habilis.
Más tarde se producen adelantos significativos en la fabricación de
herramientas que dan lugar a una nueva tradición cultural: la achelense,
ausente en Asia, con alguna excepción, y que no aparece en Europa hasta época
tardía (0,5 Ma tras una oleada moderna).
Aparición de los homínidos de cabeza grande. |
Gagneux (2011) mantiene que hace 3 Ma, los homínidos
portadores de una variante genética que inactivó el correspondiente gen
empezaron a producir la variante del ácido siálico Neu5Ac, que es más
resistente a los parásitos. Estos seres desarrollaron una respuesta inmune a la
variante presente en los monos atropomorfos y en los homínidos ancestrales
(Neu5Gc) que afectó a la reproducción ya que los anticuerpos matan el esperma
con Neu5Gc. Según Xiaoxia Wanga et al (2012) la eliminación genética de los receptores del ácido siálico Siglec-13
y / o Siglec 17 aumentó la resistencia a las enfermedades infecciosas y a los
procesos inflamatorios y contribuyó a eliminar las restricciones al crecimiento
de las poblaciones.
La resistencia a las enfermedades junto a este aislamiento
reproductivo pudo facilitar la divergencia de este grupo hasta constituir el
grado erectus.
Si bien muchos
paleoantropólogos diferencian entre ergaster
(trabajador) y erectus (erecto), sus grandes similitudes y la
dificultad de asignar algunos restos a uno de los dos taxones recomiendan
considerar estas especies en conjunto formando lo que podemos llamar el grado erectus siguiendo el concepto grado
de Julian Huxley (1958).
Homo ergaster fue
propuesto en 1975 por Groves y Marzak y se generalizará gracias a los trabajos
de Wood.
Antes se pensaba que se desarrollaron
en Asia y Europa pero se han encontrado antiguos especimenes en África lo que indica
que comenzaron en África del Este mediante anagénesis del Homo habilis, hace 1,9 Ma o antes y después emigraron al continente
Euroasiático. Quizá el Homo ergaster fue
anterior (erectus temprano), pero no existen
diferencias notables para considerarlos especies diferentes.
En
todo caso, todos los fósiles asignados al grado erectus tuvieron un antecesor común próximo.
Hallazgos de Homo erectus y dataciones. |
DISTINTAS INTERPRETACIONES A LOS RESTOS HALLADOS, CORRESPONDIENTES AL PLEISTOCENO INFERIOR Y MEDIO.
La postura que se adopte depende de la forma de
entender lo que fue la evolución humana:
Ø bien como un proceso un tanto conservador, con ciertas modificaciones locales
que no llegaron a dividir las poblaciones en varios especies.
Ø o como una diversidad de líneas que dieron lugar a ciertas especiaciones
geográficamente dispersas (Homo erectus en Asia, los neandertales en Europa,
Homo ergaster y los primeros seres humanos de aspecto moderno en África).
§ Esta última debe resolver un problema práctico. Los homínidos del Pleistoceno
Medio manifiestan sin lugar a dudas una cierta unidad. Son un mismo “tipo” de homínido
que pueden relacionarse con unos caracteres anatómicos y unos rasgos de conducta
muy precisos. Si los separamos en dos o más especies ¿cómo cabe expresar esa unidad?
Cualquier suma de Homo erectus sensu stricto y de Homo ergaster constituirá
un grupo parafilético, porque –si se acepta el esquema diversificador- el segundo
forma parte del linaje de Homo sapiens mientras que el primero constituye
un clado lateral, su grupo hermano.
Reducción a una sola especie estable morfológicamente (hipótesis de la
estasis)
- Hipótesis de la especie única (erectus),
defendida por R. Leakey y Walker (1976), basándose en que en África aparecieron
restos parecidos a los asiáticos y que no podía haber más de una especie
homínida en el mismo lugar y tiempo.
-
Howells (1980) y Rightmire (1981, 1990) entre
otros, consideran que los especímenes atribuidos a erectus permanecieron sensiblemente iguales a lo largo del tiempo
sin cambios morfológicos notables y dieron lugar a sapiens a través de una transición brusca (equilibrio puntuado).
-
Bräuer (1994) sostiene que los dimorfismos sexuales
y la alta variabilidad regional son suficientes para explicar la diversidad de
los erectus de África y Asia y que en
consecuencia todos ellos deben ser atribuidos a la misma especie.
-
Para Wolpoff (1999) la continuidad ha sido tan
acusada que solo cabría hablar de una única especie de Homo, a la que pertenecemos nosotros. Defiende cambios pequeños y
continuos.
-
Wood y Collard (1999), siguiendo el criterio de
Huxley, agrupan erectus y ergaster en el grado erectus, caracterizado por un aumento
notable de la capacidad craneal, aunque matizado por un aumento notable del
tamaño del cuerpo. Hubo presiones selectivas, a las que los homínidos
respondieron aumentado de tamaño. Las técnicas de construcción de útiles de
piedra fueron ganando en complejidad, lo que lleva a entender que las
capacidades cognitivas se incrementaron notablemente. Esta es la tesis por la
que se inclinan Camilo José Cela Conde y Francisco Ayala.
Varias especies:
- Podemos decantarnos
por especies geográficamente separadas. Groves
y Mazák (1975) propusieron otro taxón Homo
ergaster.
o Esta propuesta no ha ganado un reconocimiento general, pero es un buen
medio para reconocer que los erectus africanos
y asiáticos no pertenecen a la misma especie.
Sus culturas no
coinciden.
Las dataciones no
corresponden.
-
Tendríamos ergaster
en África y erectus en Asia.
o
El erectus sería
entonces una especie asiática lateral a la nuestra, si bien Groves consideró
que el ejemplar OH9 de Olduvai (1,2 Ma) constituye una subespecie que
representa la única presencia del erectus
en África.
Homo sería un grupo
parafilético, pero compartiendo unos caracteres anatómicos y unos rasgos de
conducta muy precisos.
o
La distancia considerable entre los yacimientos
asiáticos (erectus) y africanos (ergaster)
es un argumento a favor del taxón ergaster.
Pero entonces es difícil explicar el OH9 en Olduvai.
Posición intermedia
-
Tobias (1985) sigue una idea darviniana antigua de cambios
reversibles: Las poblaciones de erectus dieron
lugar, muy posiblemente, a subespecies regionales (alopátridas) que luego, mediante
reconvergencia, serían absorbidas por la línea general. Los procesos de evolución
y flujo genético podrían haberse concentrado o no en unas épocas determinadas relaciones
filogenéticas.
Durante el Plioceno los homínidos se fueron reduciendo en número de especies e individuos. En el Pleistoceno Inferior, todavía quedaban parántropos. Homo erectus podría ser el único homínido en el comienzo del Pleistoceno Medio. Este taxón se mantiene en estasis durante centenares de miles de años. Hasta la década de los 50, erectus se definía de una forma temporal, entre el final de los australopitecinos sudafricanos y el comienzo de los sapiens arcaicos de Europa. A medida que se fueron encontrando autapomorfias, se afirmaba su imagen como un ser característico pero se debilitaban las posibilidades de relacionarlo con sus antecesores (Homo habilis) y sucesores.
Durante el Plioceno los homínidos se fueron reduciendo en número de especies e individuos. En el Pleistoceno Inferior, todavía quedaban parántropos. Homo erectus podría ser el único homínido en el comienzo del Pleistoceno Medio. Este taxón se mantiene en estasis durante centenares de miles de años. Hasta la década de los 50, erectus se definía de una forma temporal, entre el final de los australopitecinos sudafricanos y el comienzo de los sapiens arcaicos de Europa. A medida que se fueron encontrando autapomorfias, se afirmaba su imagen como un ser característico pero se debilitaban las posibilidades de relacionarlo con sus antecesores (Homo habilis) y sucesores.
MORFOLOGÍA DEL GRADO ERECTUS.
Rightmire (1990) recuerda que el diagnóstico formal de una especie debe basarse en sus rasgos apomórficos y no en los plesiomórficos.
·
Por tanto, la bipedia no nos sirve como
característica definitoria, como había propuesto Dubois, pues hoy sabemos que
este rasgo es primitivo.
El grado erectus conserva otras plesiomorfias:
- Proyección hacia fuera de la cara (prognatismo facial), aunque
menor que en el habilis.
- Estrechamiento marcado detrás de los ojos.
- Frente huidiza.
- Molares relativamente grandes, aunque menos que los
australopitecinos. M1>M2>M3. Este último empiza a faltar.
- Caninos algo proyectados.
- Ausencia de barbilla.
Los verdaderos rasgos
distintivos, se relacionan con el cráneo (Stringer, 1984; Wood, 1984)
- Capacidades craneales 700-1.250 cc,
superiores al habilis.
- Forma del cráneo característica, con bóvedas aplastadas
(platicefalia), torus angular en la parte posterior e inferior del
occipital y paredes craneales gruesas como consecuencia del comienzo de la
inclusión de oquedades minúsculas, que permiten ganar espesor sin aumentar
de peso (neumatización).
- La cara cuenta con un arco supraciliar grueso y continuo, un
verdadero torus aplanado por su parte superior.
Además, son de mayor tamaño que los
homínidos anteriores y maduraban lentamente. En el nacimiento eran muy
inmaduros (como los niños actuales) debido al compromiso entre el tamaño de la
cabeza y el del canal del parto.
El dimorfismo sexual era menor que el de los
homínidos anteriores.
La característica
morfológica más acusada del grado erectus es la de un aumento notable de la capacidad
craneal, que dobla en la práctica los volúmenes de alrededor
de 500 cc, o poco más, propios de los Homo habilis y está muy por encima
también de Kenyanthropus rudolfensis. El descubrimiento de restos postcraneales
tan completos como el niño de Nariokotome, ha llevado a matizar el sentido evolutivo
de ese aumento cerebral, entendiendo que en parte no sería sino una consecuencia
lógica del aumento del tamaño de todo el cuerpo. Una expansión alométrica así rebaja
un tanto el alcance de las hipótesis acerca del crecimiento relativo del cerebro
en el Pleistoceno Medio, pero no hace sino confirmar el proceso evolutivo del linaje
humano en esa época: hubo presiones selectivas a las que los homínidos respondieron
aumentando de tamaño. Por otra parte existen evidencias muy ilustrativas de
que las técnicas de construcción de útiles de piedra fueron ganando en complejidad,
cosa que lleva a entender que no fueron sólo los cráneos, sino también las propias
capacidades cognitivas, quienes sufrieron un incremento notable. Entre los ejemplares tempranos de África
(850 cc) y los tardíos de Asia (1.150 cc) se da un incremento de un 25%.
Mientras la caja craneal y el encéfalo se
expanden, el rostro y el sistema masticador se reducen.
- Tamaño corporal muy grande.
- Platicefalia.
- Toro supraorbital.
- Cresta occipital.
- Hueso occipital muy angulado.
- Rostro ancho y aplastado.
- Prognatismo menor que los Habilis.
- Las líneas temporales sobre las que se insertan los músculos
masticadores temporales, están situadas en posición menos elevada que en
los australopitecos.
- Desarrollo de incisivos y caninos en detrimento de premolares y
molares, lo que indica un régimen más omnívoro.
- La anchura máxima de la caja craneal está siempre situada hacia su
base.
Además presenta algún carácter derivado ausente en
el sapiens como una protuberancia
horizontal en la parte posterior del cráneo (torus occipital), que le
proporciona una apariencia alargada visto de lado y una protuberancia
supraorbitaria bastante grande. Estas adaptaciones tienen que ver con un mayor
papel de los incisivos en la masticación.
La idea de Dubois de que el erectus sería nuca abajo semejante al sapiens fue pronto abandonada. Alan Walker (1993) estudió seis erectus africanos calculando una altura
media de 1,70 y un peso medio de 58 kg. Vandermeersch y Garralda sostienen una
variabilidad sexual, individual y poblacional que se ha mantenido hasta hoy, si
bien menor a la de habilis o Australopithecus afarensis. De las
huellas de Koobi Fora, Behrensmeyer y Laporte (1981) ha deducido una talla de
1,685-1,80; la longitud del paso es pequeña, pero se ha atribuido a un suelo
resbaladizo. Trinkaus y Holliday (1997) creen que la talla y el peso, así como
el tamaño cerebral, se redujeron en la última etapa del camino hacia el sapiens; solo en latitudes altas se
mantiene la masa corporal grande. Cohen y Armelagos (1984) relacionaron esa
merma con un cambio de dieta debido a la agricultura. Formicota y Giannecchini
(1999) apuntan a factores nutricionales sin descartar variaciones genéticas. La
pérdida de masa corporal ha sido interpretada por Kappelman (1997) de forma
distinta a la común: La selección de cuerpos más pequeños, favorecida quizá por
sistemas de cooperación y comunicación más eficaces, pudo haber llevado a que
el tamaño del cerebro se incrementase por el simple hecho de que la masa
corporal era menor.
Para Wood y Collard (1999) habilis/rudolfensis, presentan un tamaño corporal mejor adaptado
que el erectus a un ecosistema
cerrado. El incremento del tamaño corporal en erectus mejora la termorregulación en entornos más áridos. Sus
caracteres indican el abandono de toda condición arborícola y una locomoción
prácticamente idéntica a la de los humanos modernos:
-
Grandes superficies articulares en los huesos
largos.
-
Gran espesor cortical en los huesos de las piernas.
-
Pelvis estrecha con pilares ilíacos marcados.
-
Extremidades superiores más cortas.
El tiempo de la muda de los dientes se va alargando
lo que puede indicar una prolongación de la inmadurez y del tiempo de
aprendizaje.
MODOS DE VIDA.
- Pudieron tener la capacidad de construir balsas por su presencia no
solo en Java sino en la isla de Flores.
- Bipedismo funcional completo y adaptado a la marcha perfectamente.
- Cultura lítica Achelense (Modo II) hachas bifaces elaboradas con percusión
con objetos menos duros (madera o hueso). Los más perfectos utensilios achelenses
están ausentes en Asia.
- Omnívoro, cazador y carroñero. Para Aiello y Wheeler (1995), el
incremento de volumen del cerebro sólo pudo realizarse reduciendo a cambio
lo gastos energéticos de otro órgano: el intestino. Esta reducción no pudo
ir en detrimento de la energía metabólica generada, ya que el cerebro es
un gran consumidor. La única posibilidad es aumentar la calidad de la
dieta y por consiguiente la carne tuvo que ser un alimento habitual.
- Ran Barkai, Miki Ben-Dor, y Avi Gopher examinafron los datos
publicados que describen huesos de animales asociados con el Homo erectus en el sitio achelense
de Gesher Benot Ya'aqov (Israel), encontrando que los elefangtes proporcionaron
hasta un 60 por ciento de las calorías de origen animal. La desaparición
de los elefantes en Oriente Medio hace 0,4 Ma supuso un estrés
alimenticio para el erectus y
contribuyó a la aparición de otras especies de homínidos.
- El acortamiento del intervalo entre partos y el incremento de
volumen del cerebro, junto con su inmadurez en el momento del parto,
exigió la dilatación del tiempo de lactancia y con ello un reforzamiento
de los lazos sociales, reduciendo la competencia entre machos y con ello
el dimorfismo sexual.
- Los modelos evolutivos de la inversión masculina en la
descendencia, se han centrado tradicionalmente en el aprovisionamiento de
las mujeres y los jóvenes. Lee T. Gettler (2012) ha propuesto un modelo
evolutivo de atención directa masculina en el que los varones ayudaron a
reducir la carga energética de las madres permitiendo así una condición
energética suficiente para la reproducción.
- Para Antón y Swisher (2004) el territorio ocupado por esta especie
es mucho más amplio que en cualquier homínido previo.
- Son los primeros seres que controlaron el fuego. Según Chris Organ
(2011) de la comparación entre los tamaños de molares y cerebro cabe
inferir que empleaban menos tiempo en comer que los homínidos anteriores.
Más sobre Homo ergaster/erectus
Hitos en los hallazgos correspondientes al Pleistoceno.
Achelense.
Morfologia del grado erectus.
El lenguaje del grado erectus.El grado erectus en Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario