Homo floresiensis. |
El 28 de octubre de 2004 Thomas Sutikna y Mike Morwood
anunciaron el hallazgo de los restos de un homíndo de pequeño tamaño en la
cueva de Liang Bua, Isla de Flores, asociados a instrumental lítico
sofisticado.
·
LB1: Gran parte del esqueleto de una hembra
adulta. Fue datado en 18.000 años.
·
LB2: Un premolar inferior de otro individuo.
La descripción corrió a cargo de Peter Brown quien atribuyó
los restos a una nueva especie: Homo floresiensis. Vulgarmente, se
le conoce como Hobbit (del Señor de
los Anillos).
Este descubrimiento planteó una paradoja: Con un cerebro de
tamaño parecido al de un chimpancé, la nueva especie mostraba indicios de
inteligencia avanzada como por ejemplo la caza con armas de piedra, despedazar
cadáveres o controlar el fuego.
Una primera hipótesis explicativa recurrió al enanismo insular, fenómeno evolutivo
observado en las islas en muchas ocasiones consistente en una gran reducción de
tamaño, como forma de sobrevivir en un entorno pobre.
Las primeras interpretaciones del hallazgo fueron las
siguientes:
·
Para Peter Brown y colegas, floresiensis fue un descendiente de erectus, en una línea evolutiva afectada por el enanismo insular.
·
Para Teuku Jacob y Robert Martin, LB1 se trataba
de un sapiens que padeció
microcefalia. Ralf Holloway (2011) opina lo mismo en base a un análisis de
tomografía computerizada.
En octubre de 2005 Morwood et al., hallaron nuevos restos.
·
LB3: un cúbito.
·
LB4: radio y tibia de un niño.
·
LB5: vértebra y metacarpo de un adulto.
·
LB6: algunos huesos de la mano, omóplato y
mandíbula. Esta mandíbula es muy similar a la de LB1.
·
LB7: hueso del pulgar.
·
LB8; tibia.
·
LB9: fémur.
Fueron datados entre 12.000 y 95.000 años. Los nuevos restos
descartaban que el tamaño de floresiensis
se debiese a una patología; además, sus caracterísiticas estaban alejadas de la
línea del erectus y el sapiens, Morwood y Debbie Argue
propusieron que floresiensis podría descencer de una especie más antigua, un
australopitecino o quizá habilis, que
migró de África antes que los ancestros del erectus
hiciesen lo mismo (2,5 Ma).
Adam Brumm y Aziz estudiaron las herramientas líticas
asociadas aparentemente con estos hallazgos y las encontraron similares a otras
encontradas en la Isla de Flores y datadas en 0,8 Ma.
Floresiensis se
define por:
1.
Estatura inferior a 1 m.
2.
Muy pequeña capacidad craneal (380 cc). Bóveda
craneana más gruesa que en Australopitecus
y similar a H. erectus y H. sapiens. La bóveda craneana es baja y
angosta en comparación con la del hombre actual y aun en comparación con la de erectus. La flexión basicraneal que es
un rasgo determinante en la hominización, es de 130°, intermedia entre erectus (141°) y el hombre actual
(127°). Su estatura total y su volumen craneano ofrecen valores que están por
fuera del rango de variación de los homínidos modernos. Coincidentemente, el
grado de encefalización –expresado como cociente entre el volumen endocraneano
y la longitud femoral (gran indicadora, esta última, de la talla total)– arroja
para floresiensis un valor (5,9)
menor al de erectus (6,9) y aún menor
al de afarensis (6,1), mientras que
en los homínidos actuales dicho valor gira en torno a 7,5. Para Dean Falk, los
rasgos cerebrales preservados en su cráneo sugieren que el homínido de Flores
podría ser capaz de realizar tareas cognitivas avanzadas.
a.
El cerebro del Homo floriensis posee lóbulos temporales bastante amplios, regiones
del cerebro asociadas con la comprensión del habla y el oído. Aún más
sorprendente es el hecho de que posee lóbulos frontales del cerebro que tienen
circunvoluciones con muchos pliegues, áreas del cerebro directamente debajo de
la frente que están implicados en un reconocimiento superior. La región más
circunvolucionada es la parte que se proyecta más allá del lóbulo frontal,
llamada el polo frontal. Falk identifica esta región como área 10 de Brodmann,
la cual está expandida en humanos modernos y está relacionada con la toma de
iniciativas e ideación de planes de acciones futuras que son componentes clave de
la cognición elevada. Esta área alargada sugiere que Homo floresiensis pudo confeccionar las herramientas de piedra que
se encontraron cerca de ellos, las cuales son más típicas de humanos
prehistóricos modernos que de antiguos homínidos como erectus.
3.
Arcos superciliares de tamaño moderado.
4.
Mandíbulas salientes. La sínfisis mandibular no
se resuelve en un verdadero mentón como en sapiens,
sino que presenta inclinación en sentido póstero-inferior del eje sinfisario,
como en los australopitecinos o el habilis.
5.
Sin las especializaciones masticatorias ya
presentes en Australopithecus y Paranthropus. Muelas relativamente
grandes.
6.
Prognatismo facial. Frente huidiza.
7.
Tiene arcos supraorbitarios marcados, aunque no
llega a formar el clásico torus.
8.
Meatus auditivo externo pequeño y redondeado,
algo alargado verticalmente, con margen timpánico muy fino, que recuerda a los
australopitecinos.
9.
Bajos ángulos glenoideo y axilo espinal del
omóplato. Recuerda a Turkana boy
(ergaster) y australopitecinos.
10. Bajo
ángulo de torsión del húmero.
11. Clavícula
corta.
12. Muñeca
primitiva, que recuerda la de los australopitecinos o la de habilis.
a.
Trapezoide acunado.
b.
El lado cubitar de la articulación del segundo
metacarpo orientado sagitalmente
c.
La articulación del escafoide algo triangular
d.
Falta el área de expansión palmar carcterística
del último Homo y del Pleistoceno
Medio, que permite la pinza de precisión.
e.
Escafoide y capitate plesiomórficos.
13. Piernas
cortas, como las de los australopitecinos.
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