La prueba ha sido pasada por chimpancés comunes, bonobos, orangutanes, delfines, elefantes, seres humanos y posiblemente palomas. Sorprendentemente, los gorilas no han superado el test, aunque al menos un individuo específico, Koko, sí lo ha pasado; probablemente es debido a que los gorilas consideran el contacto directo de la mirada como un gesto agresivo y normalmente tratan de evitarlo. Los bebés humanos tienden a fallar el test hasta el primer año y medio o dos. Los perros y niños de un año, por ejemplo, suelen reaccionar con miedo o curiosidad ante el espejo, o simplemente lo ignoran, mientras que los pájaros con frecuencia atacan a su propio reflejo.
Los monos capuchinos reaccionan de una manera que indica una situación intermedia entre ver en la imagen reflejada a otro individuo y el reconocimiento de la imagen como sí mismo.
La otra base clave de la comprensión de la autorrepresentación es el concepto de que un estímulo con significado emocional ocasiona respuestas motoras somáticas y viscerales, y la percepción de estos cambiosda lugar a su reconocimiento como sentimiento. (James y Lange).
- Los estudios con tomografía por emisión de positrones de consumo de glucosa y más recientemente la resonancia magnética funcional (RMf) permiten localizar con precisión la activación creada por sentimientos o sensaciones, o por el inicio de la actividad motora y autonómica que expresa una emoción.
- La región anterior de la ínsula recibe aferentes de órganos internos en el tórax y el abdomen y controla sensaciones internas como plenitud, hambre, ansiedad o repulsión. En el ser humano, esta área ocupa un 30% más, con respecto al volumen total, que en el macaco.
- Las regiones más anteriores se ocupan de sentimientos más sofisticados, como el dolor ante el rechazo social.
- La corteza del cíngulo anterior es el origen de las manifestaciones motoras (incluyendo gestos y vocalizaciones) y autonómicas de la emoción. Los estudios de coactivacion en RMf.
- El cíngulo anterior y la ínsula anterior funcionan como una unidad,
La histología muestra un tipo neuronal específico, las neuronas de von Economo, caracterizadas por su gran tamaño y forma de huso. Se localizan únicamente en la ínsula anterior y el cíngulo anterior, de humanos, bonobos, chimpancés, gorilas, orangutanes, elefantes, orcas, delfines y otros cetáceos, esto es, en las especies que pasan el test del espejo. En los primates se observa un marcado incremento en el número y volumen de neuronas de von Economo según se progresa desde el orangután al Homo sapiens. Bonobos y humanos son las únicas especies donde las neuronas de von Economo se agrupan en columnas.
Los pacientes con demencia frontotemporal con alteraciones del comportamiento (DFT-ac) muestran una pérdida profunda y selectiva de las neuronas de von Economo. En cambio, en la enfermedad de Alzheimer,
estas neuronas mantienen su número y morfología normales. Además de la pérdida se observan depósitos citoplásmicos de la proteína que define la enfermedad.
Los pacientes que tras un ictus del hemisferio cerebral derecho presentan asomatognosia –no reconocen que
una extremidad izquierda sea propia– y somatotofrenia –además justifican esta anomalía mediante ideas delirantes– muestran de forma consistente lesiones en la ínsula anterior.
Bibliografía: Muñoz DG. Base anatómica e histológica de la autorrepresentación y sus alteraciones atológicas. Rev Neurol 2010; 50: 387-9.
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