Si llamamos lenguaje a cualquier tipo de comunicación, es
evidente que la mayoría de los animales tienen lenguaje. Probablemente también lo
tienen algunas plantas. Pero debemos situarnos en definir el lenguaje
únicamente por la doble articulación: una correspondencia fonético/semántica entre
las palabras entendidas como sonidos y las mismas palabras entendidas como
significados.
- La primera articulación transforma en
palabras una serie de sonidos (consonantes y vocales) modulados en la nasofaringe,
en la posición y forma de la lengua con respecto al paladar o los dientes,
y en la diferente abertura bucal.
- Una segunda articulación transforma series
de palabras en frases. Aunque una sólo palabra (nunca un solo sonido) pueda
ser de valor semántico “¡cuidado¡”, o “granada” como dicen los marines para
simplificar; o “armas” en la jerga de los guardaespaldas para expresar que
un arma de fuego esta amenazando al pupilo guardado, se necesita una frase,
de doble articulación para comunicar significados específicos. La segunda articulación permite
una cantidad virtualmente infinita de mensajes. La segunda articulación
requiere la intervención del cerebro.
- Para Calvin (1994) con la aparición del
humano de aspecto moderno se produjo un salto cuántico en rapidez de comprensión y previsión,
relacionado con las ventajas que significa el lenguaje de doble
articulación.
Los signos de
evolución del lenguaje suelen rastrearse en tres fuentes:
1.
La
laringe y el basicráneo.
a. Holloway, considera que H. erectus pudo hablar.
b. Laitman (1984) y Liebrman (1984) apuntan a
un lenguaje desarrollado solo en H. sapiens.
c. Krantz (1988) atribuye a una última
mutación, hace menos de 50.000 años, el último paso para el lenguaje.
2.
El
cerebro.
a.
Tobias
advierte una expansión incipiente en las áreas de Broca y Wernicke de A. africanus y H. habilis.
3.
Los
objetos manufacturados capaces de indicar un pensamiento simbólico.
La necesidad de coordinar los movimientos de las dos manos
para poder tallar piedras implica cambios cerebrales importantes. Hay
investigadores que correlacionan la aparición filogenética de la lateralización
del cerebro en los homínidos con las tareas diferentes que una y otra mano
deben llevar a cabo para tallar una piedra. Recientemente se ha demostrado que
dos áreas del córtex, la del córtex motor primario y la del suplementario,
intervienen en el control de los movimientos coordinados de las manos. La coordinación
es automática y de hecho resulta muy difícil evitarla.
Las manos humanas se desarrollan al par que el aumento
de cerebración, lo que supone que la utilización de las manos para elaborar instrumentos
requiere un gran nivel de información y estructuración neuroencefálica, no sólo
para realizar el descubrimiento de cómo hacerlo, sino también para transmitir esta
información al resto de la especie. Esto requeriría que la habilidad se uniera al
desarrollo del lenguaje.
El origen del lenguaje
Respecto al origen del
lenguaje, no podemos ir mucho más allá de donde llegó Darwin es decir:
- Se trata de
una conducta instintiva.
- Su aparición
se debe a causas naturales. Existen unos indicios anatómicos y unos indicios
culturales.
- Las estructuras
anatómicas que tienen alguna relación con el lenguaje como son ciertas áreas
del cerebro o del conducto vocal de la parte superior de la laringe.
- En el aspecto
cultural se halla la existencia de una conducta simbólica.
El lenguaje es uno de los rasgos de la conducta más distintivos de nuestra
especie. Nos encontramos con dos certezas:
-
La
condición de apomorfia del lenguaje hace que exista una seguridad absoluta de que
es un fenómeno que tuvo que evolucionar dentro del linaje humano.
-
Sin embargo
tenemos la paradoja de que no sabemos cómo y cuándo tuvo lugar esa evolución.
Nuestra visión
sobre la evolución del sistema comunicativo de nuestra especie se verá afectada
por la idea que tengamos de lo que es el lenguaje humano.
-
Si
adoptamos una postura pragmática y
creemos que el lenguaje es un elemento pragmático de comunicación y por tanto
las posibilidades de comunicarse dependen de la habilidad que nosotros o
cualquier otro ser pueda adquirir,
entonces tendrá sentido rastrear en cualquier indicio una huella de su poder
semántico, de su sentido simbólico o lingüístico encaminado a transmitir a
otros informaciones acerca de uno mismo o del entorno.
o
Esta
forma de ver las cosas tiene sus raíces en el empirismo británico (Hume).
o
La
mente es una pizarra vacía en la que la experiencia va grabando sus signos.
o
Existen
apoyos experimentales sobre la capacidad
de algunos primates para transmitir mensajes con contenido semántico.
Los
chimpancés no han podido adquirir una competencia lingüística como la nuestra.
Algunos
sistemas de comunicación de los primates resultan ser bien cercanos en sentido
e incluso intención a los nuestros. Por ejemplo, las alarmas selectivas de los
monos verdes (cercopithecus aethiops)
que establecen de una manera muy clara unas identificaciones fonético
semánticas precisas y discretas. Esto supone la posesión de un sistema
cognitivo de representación muy complejo. Los experimentos han demostrado que
estos monos captan los significados de las llamadas y que sus reacciones no son
meras respuestas a los sonidos.
o
Skinner,
Postal.
-
Si
partimos de que el lenguaje humano es una característica propia sólo de nuestra
especie, nuestro enfoque será innatista
y carecerá de sentido plantearse si otros primates pueden hablar. Los sistemas
que podemos encontrar en muchos animales son medios no lingüísticos de
transmisión de la información.
o
Aspectos
como la capacidad de cualquier sujeto para hablar la lengua materna o el
carácter creador del lenguaje humano, apoyan esta perspectiva.
o
Su
referencia filosófica es el racionalismo cartesiano y su posterior traducción
en la teoría del conocimiento de Kant.
o
Chomsky,
Lenneberg, Pinker.
-
Deacon
(1997) plantea una postura intermedia. La comparación del lenguaje humano con
otros sistemas de comunicación animal, es engañosa. Pero a diferencia de los
innatistas, Deacon cree que si los niños humanos se muestran tan hábiles para
anticipar en gran medida construcciones sintácticas correctas en muy poco
tiempo, no es por una disposición innata de los seres humanos, sino por una carácterística
de sus lenguas que las hace asequibles en ese sentido.
o
Deacon
plantea el lenguaje como un fenómeno externo que surge, se autoorganiza y
evoluciona un tanto al margen de los humanos
Un indicio del
momento en que aparece el lenguaje a lo largo del proceso de filogénesis puede
fundarse en la presencia de herramientas con un cierto grado de complejidad,
pero es fácil caer en argumentos circulares.
Finlay y Darlington
(1995) sugieren la evolución de la conducta humana está relacionada con cosas
muy diversas:
-
pueden
deberse a una tendencia hacia el incremento de competencias diversas
-
como
subproducto de una determinada presión selectiva hacia una sola de ellas.
o
Pero es
difícil identificar el rasgo de conducta primario (¿uso de herramientas,
cohesión social…?)
La capacidad craneana aumenta considerablemente de
forma brusca hasta casi la duplicación con el Homo erectus. Esto implica que probablemente durante el desarrollo del
género Homo apareció el lenguaje y la capacidad de manipulación del entorno. El
área del lenguaje se ha establecido en el lóbulo frontal, sin embargo los tamaños
relativos (volumen cerebral/peso del animal) no difieren para el lóbulo frontal
en primates y hombres actuales. Esto no sucede en todas las regiones del lóbulo
frontal ya que algunas regiones del cortex prefrontal se han desarrollado más en
el hombre.
Es difícil defender
el aumento de tamaño se refleje en un incremento necesario de la complejidad
cognitiva: en nuestra especie misma no se da esa correlación.
Por otra parte, el comportamiento cazador y
explorador, el trabajo en equipo, no parecen posibles sin lenguaje: la
exploración implica la explicación a los demás de los recursos encontrados y la
caza mayor la discusión sobre pistas, condiciones meteorológicas, planes de caza
alternativos, etc. (Mithen, 2005).
Posibles
factores que intervienen en la aparición del lenguaje en los homínidos.
- Aparato
fonador. Sistema de producción de sonidos.
- Estructruras
cerebrales. Relación entre sonidos y significados.
- Para
Leslie Aiello, la bipedación tiene que ver con la evolución de la
inteligencia y el lenguaje. La bipedación requiere un elevado nivel
sensoriomotor, un cerebro mayor y un sistema nervioso más complejo. Una
vez evolucionado, el cerebro mayor puede emplearse en otras tareas.
- Bagaje
genético. Mutaciones.
- Procedencia:
Gestos, manipulación social, cognición.
Para Cela, el mejor punto de partida es la hipótesis chomskiana
de la existencia de un bagaje genético importante que convierte la capacidad de
hablar es un patrimonio innato de nuestra especie. El Problema de Platón o problema de la pobreza del estímulo apunta a
la desproporción entre señales procedentes del medio y respuestas del sujeto
(¿cómo es posible aprender con tanta perfección la lengua materna partiendo de
medios tan pobres?) y fue explicado por Chomsky invocando una importante carga
innata que incluye los elementos profundos de la gramática.
Para Place (2000), esto obliga a postular una aparición
súbita de estas capacidades. Pero no es posible imaginar una mutación así, sino
que debieron producirse una serie de mutaciones acumuladas a lo largo de millones
de años cada una de las cuales proporcionó ciertas ventajas selectivas. Una
maduración lenta y gradual de las facultades cognitivas y un salto último dado
en nuestra especie o tal vez en los neandertales, es un esquema mínimo de la
filogénesis del lenguaje compatible con las propuestas chomskianas.
Las primeras mutaciones serían útiles para la
construcción de herramientas. La comunicación en esa época era meramente
gestual, semejante a la de los chimpancés.
La facultad de generar mensajes de forma virtualmente
infinita es para Chomsky específica e innata, pero es razonable suponer que el camino
hacia el lenguaje humano es la suma de una serie muy diversa de aptitudes comunicativas
cuya filogénesis se extiende al menos 2 mda, pero además hay que tener en cuenta
que en un momento determinado, esa capacidad comunicativa toma un rumbo completamente
distinto mediante la aparición de dos cosas:
v
un sistema de producción de sonidos capaz de modular
vocales y consonantes (elementos innatos).
v
un medio de identificación fonético/semántico que
relaciona las combinaciones de consonantes y vocales con significados
(elementos culturales, adquiridos).
v
Esta insólita combinación de elementos innatos y
adquiridos obra en feed-back.
Tal capacidad es humana en exclusiva, y pudo generarse mediante
mutaciones muy precisas que convertirían el bagaje comunicativo anterior en un lenguaje
de tipo nuevo y único.
Modelos
teóricos, hipotéticos o especulativos (G. Richards, 1987)
v Teorías gestuales:
Para Gordon Hewes (1973) el tipo de conexiones neuronales necesarias en las
tareas de precisión, como construir herramientas líticas, son parecidas a las
que se utilizan en una comunicación gestual, que implica también el control
motor preciso de las manos.
o
El largo periodo de filogénesis de este tipo de
comunicación en los primates habría servido como preadaptación para las
actividades de talla.
o
La necesidad de emplear las manos en dos cosas
diferentes a la vez, construir y usar herramientas y comunicarse, habría
servido de presión selectiva para la transferencia del lenguaje gestual al
lenguaje vocal.
o
Según Honorio Velasco, asentándose en la teoría de Hewes,
la fabricación y uso de herramientas se relaciona con la especialización del cerebro
y la lateralización (predominancia del hemisferio izquierdo). Las formas, filos,
y marcas de las herramientas de piedra revelan que la fabricación y el uso se realizaban
con la mano derecha. Los datos sobre herramientas en los homínidos parecen muy anteriores
a los que se refieren a la capacidad de habla. El supuesto es que la transmisión
y el aprendizaje de estas secuencias de acción podrían haber dependido de los gestos,
especialmente en los Australopithecus
y erectus, hasta constituir un cuerpo
de comunicación, una especie de lenguaje mantenido y desarrollado, mientras era
primero complementado y luego sustituido por el habla con la emergencia del Homo sapiens moderno.
v Teorías sociales:
o
Sue Parker (1985) ha recordado que la tesis que
liga lenguaje a manipulación social fue una de las preferidas de la
sociobiología, aunque la autora entiende que la comunicación lingüística no
sería necesaria hasta que las actividades de caza del erectus introdujeron problemas insalvables de otra forma.
o
Jonas y Jonas (1973) sostienen que el lenguaje
comenzó como una forma de relación entre madre e hijos. Su uso como
comunicación sería un subproducto posterior.
o
Marshack pone el énfasis en los modelos sociales de
la comunicación negando que el hecho de fabricar herramientas tenga un
significado importante para el origen del lenguaje.
v Teorías
cognitivas.
Además de estos
modelos teóricos, se puede elaborar una teoría de tipo empírico, comparando las
características actuales del lenguaje con la habilidad correspondiente en los
simios. Así, Goodenough (1990) sostuvo que la capacidad de la mente humana para
formular proposiciones, evaluarlas como bases para la acción y conectarlas con
los impulsos emocionales, apareció en su mayor parte durante la evolución de
los primates anterior a la emergencia de los homínidos. El lenguaje en sí mismo
surgió como un puente entre la intencionalidad y la acción social y se desarrolló
gracias a sus funciones de repertorio y de narración.
Filogénesis
del conducto vocal supralaríngeo
La facultad de hablar está
relacionada con una determinada configuración anatómica del tramo final de la
laringe. Como indica Lieberman, la longitud del tubo formado por la boca debe
ser equivalente a la del otro tubo de la parte posterior de la lengua, ya
dentro de la faringe, para que se puedan producir los sonidos del habla humana.
Como resultado, solo una posición baja de la laringe permite vocalizar. Esto
conlleva ciertas complicaciones a la hora de respirar y tragar al mismo tiempo. Los
neonatos pueden mamar y respirar al mismo tiempo por la situación muy alta de su
laringe, que es muy similar a la de los chimpancés. La laringe “baja” en el cuello
en los humanos a los dos años aproximadamente, edad en que los niños empiezan a
articular palabras. Todos los primates tienen un saco de aire adherido a una
extensión del hioides en forma de copa (bulla), excepto los seres humanos, en
los que se ha reducido a un órgano vestigial. En el Australopithecus afarensis estaba presente esta bulla, pero ya
estaba ausente en el Homo heidelbergensis.
Según los estudios de Bart de Boer (2011), la presencia de este saco hace
dificulta la vocalización.
- Para
Aiello, la posición baja de la laringe es una consecuencia de las adaptaciones
anatómicas necesarias para la bipedación. Otra consecuencia de la bipedación es
la liberación de la laringe de las tareas locomotrices que desempeña en los
simios que la utilizan para dar firmeza a pecho y brazos. Al quedar liberada la
laringe de esas funciones, las cuerdas vocales pudieron hacerse más membranosas
y se capacitaron así para emitir una mayor variedad de sonidos.
-
Laitman (1984) sostiene que los australopitecinos
disponían de una laringe en posición alta. El descenso comenzaría en erectus.
-
Lieberman, a partir de las marcas dejadas por los
músculos, ha afirmado que el habla sería un fenómeno muy tardío, propio de los
seres humanos de aspecto moderno y, en parte, de los neandertales. Estos
últimos serían capaces de emitir parte de los sonidos al alcance de los
humanos, pero no todos
o
En los neandertales no se observa el descenso de la
laringe. Por el contrario, el hioides es idéntico al del sapiens. El hallazgo en Kebara (Oriente Próximo) de un hueso hioides
fosilizado (un hueso intermedio entre la laringe y la base del cráneo que da lugar
a gran parte de la musculatura lingual y laríngea), perteneciente a un Homo neanderthalensis, nos permite
sostener que su aparato fonador era similar al nuestro. Lieberman ha criticado
la identificación entre hueso hioides y capacidad de habla.
-
Krantz (1988) piensa que un descenso laríngeo completo
sólo se realizó hace 40.000 años (¡coincide con la explosión simbólico-artística
del Paleolítico!). La primera fase, hace 200.000 años, habría modernizado el
cráneo y especialmente la laringe, dando lugar a una cavidad que supondría la
mitad de la actual y permitiría una conducta vocal imperfecta.
Filogénesis
del oído
El audiograma de los chimpancés se sitúa entre 1-8
kilohercios, con una depresión sonora entre 2-4 kilohercios.
Ignacio Martínez et al analizaron 5 cráneos
procedentes de la Sima de los Huesos y llaegaron a la conclusión de que el heidelbergensis manifestaba una
capacidad auditiva muy similar a la de la humanidad actual, con una banda de
alta sensibilidad entre 1-5 kilohercios
Pero la mayor parte de las especulaciones sobre el
lenguaje de los homínidos se basan en la conducta simbólica (enterramientos y objetos
de adorno) y por tanto en el cerebro.
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