El dominio del fuego representó una mejora importante en las
estategias de subsistencia. Permitió tratar los alimentos, alargar las horas de
luz, calentar y ahuyentar a los animales. Además, fue un factor de
concentración de las actividades domésticas contribuyendo a la socialización y
al desarrollo del lenguaje articulado. Su papel fue fundamental en la
colonización europea y centroasiática.
Sin embargo, el uso sistemático del fuego en África, Asia y
Europa no parece generalizarse hasta hace 0,2 Ma. Cabe preguntarse qué puede
explicar un lapso tan grande entre las primeras utilizaciones esporádicas y
esta generalización.
La intencionalidad en el uso del fuego es evidente cuando
encontramos hogares con un perímetro delimitado por piedras o cuando se
preparan en oquedades previamente excavadas en el suelo.
En Koobi Fora, un hogar, hallado al lado de herramientas
líticas, fue datado en 1,6 Ma. Para Randy Bellomo, tiene un origen humano. Su
función debió de relacionarse con el calor, la luz y la protección contra los
depredadores.
En 1988, C. K. Brain y Andrew Sillen descubrieron en
Swartkrans (Sudáfrica) fragmentos de huesos de antílope, jabalí, cebra y
mandril aparentemente quemados que fueron datados en 1,4 Ma. En
el mismo nivel sólo se encontraron parántropos, pero la identidad de los
homíndios que usaron el fuego no está del todo clara porque en un nivel superior
se han encontrado restos de Homo.
Brain y Sillen consideran insuficientes los indicios disponibles para poder
asignar el control del fuego a una especie u otra.
Con esa misma datación, también hay indicios de uso
del fuego en Chesowanja (Kenia).
En la cueva Wonderwerk (África del Sur) see han
hallado restos de huesos y plantas quemadas, datados en 1 Ma (Francesco Berna
et al, 2012).
En 2011, Michael Walker presentó los resultados del estudio
de los restos de cenizas y huesos calcinados y sílex moldeado por el calor de
la Cueva Negra (Río Quípar, Caravaca de la Cruz, Murcia, España) datados en
0,85 Ma.
Gesher Benot Ya’aqov, en el Valle del Jordán, data de 0,79
Ma.
El yacimiento de Chu-ku-tien (o Zhoukoudian, China), datado
en 0,55 Ma presenta huesos quemados y restos de lo que podrían ser hogares.
Breuil y Lantier (1959) interpretaron la acumulación de calotas del yacimiento
como un tipo de canibalismo ritual. Para Binford y Ho (1985) el fenómeno debe
atribuirse a las hienas y a la meteorización. Las últimas investigaciones han
refutado la existencia de hogares.
A
partir de 0,45 Ma, las evidencias de hogares se hacen comunes en toda Europa.
Bilzingsleben
(Alemania). Indicios de uso de fuego datados en 0,45 Ma.
En
1995 Hartmut Thieme excavó el yacimiento de Schöningen (sur de Alemania)
hallando restos de utilización de fuego.
En
Terra Amata (Niza) Henry de Lumley documentó un círculo de piedras rodendo una
oquedad de 30 cm de diámetro en cuyo interior aparecieron restos de ceniza y
carbón.
Menez
Dregan (costa atlántica francesa) ha proporcionado diversos hogares asociados a
útiles achelenses. Concentración de carbones y huesos quemados de rinoceronte
rodeados por un círculo de piedras
En
Beeches Pit (Este de Inglaterra) se han localizado diversos hogares con restos
de huesos quemados, así como algunos sílex sometidos a 400ºC de temperatura.
En
Vertesszöllos (Hungría) apareció un pequeño hogar en forma de cubeta y sobre
él, huesos quemados y carbones. Ha sido datado en 0,38 Ma. Dudoso.
En
la cueva de Panxian Dagong (Guizhou, China) se han recuperado restos
faunísticos y líticos junto a evidencias incontestables del uso del fuego:
carbones, huesos quemados y cenizas. La abundancia de restos apendiculares y
craneales de animales de gran talla se debe a un transporte selectivo por parte
de los homínidos (Miller-Antonio et al, 2000). Los restos líticos son de
mediocre calidad y se cree que las herramientas líticas fueron sustituidas por
dientes de grandes ungulados y por bambú. Este yacimiento demuestra que el erectus fue capaz de desarrollar
estrategias cinegéticas complejas.
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