domingo, 25 de enero de 2009

17.1. Sociobiología y género.

La Sociobiología intenta comprender las relaciones entre la selección natural (darwinismo) y la conducta social.
http://es.wikipedia.org/wiki/Sociobiolog%C3%ADa

Su piedra angular es la aptitud inclusiva, que comprende cualquier estrategia que se pueda dar en la naturaleza con el objeto de pasar alelos propios (genes) a la siguiente generación, ya sea directamente o a través de consanguíneos (hermanos, primos, etc.).
http://es.wikipedia.org/wiki/Alelo

En defintiva, quiere decir que la explicación de la conducta es la misma para el ser humano que para el resto de los animales: la reproducción.

No voy a caer en el determinismo biológico (creer que la biología lo explica todo). El ser humano es libre y puede escapar a las prescripciones de la naturaleza. Pero tampoco es verdad lo que predica el postmodernismo y la izquierda: que la cultura no está influida por la biología.

En casi todas las sociedades humanas de cazadores recolectores existe una división sexual del trabajo según la cual los hombres se ocupan de la caza y la protección y las mujeres de la recolección y el cuidado de la prole. En los chimpancés, pasa lo mismo: es el macho el que caza. En los primates, la hembra carece de colmillos porque no se ocupa de cazar. Los varones humanos conservamos encima de los incisivos unos bultos que son los vestigios de antiguos colmillos asesinos.

Los machos cazadores son también los defensores y protectores de los recursos más valiosos de la tribu: las hembras reproductoras y las crías. Para la caza y la protección, los machos humanos desarrollaron un vínculo masculino entre ellos, ya que arriesgaban sus vidas juntos y se defendían mutuamente y además unas jerarquías de dominancia. Como consecuencia, excluyeron de la caza a las mujeres, que suponían un estorbo por su bagaje sentimental y erótico.

Para Marinoff, el equivalente moderno de la recolección es comprar y por eso las mujeres compran mucho mejor que los hombres. El equivalente de la caza de un animal es la caza de un sueldo y por eso los varones se desenvuelven mejor en las jerarquías de dominancia de las empresas. No son las construcciones sociales ni las hegemonías privilegiadas las que determinan estas diferencias. Son cualidades que resultaron útiles a los primates durante millones de años. Las jerarquías de dominancia de los machos excluyen a las hembras y las que logran infiltrarse, suelen encontrar las empresas inhóspitas y ofensivas: la proporción de mujeres deprimidas dobla o triplica la de los hombres.
http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=65549

El feminismo y el posmodernismo afirman que las mujeres son objeto de discriminación laboral y se enfrentan a un "techo de cristal" que les impide progresar. En parte es cierto. Pero también es cierto que para las mujeres es más difícil entrar en los círculos directivos debido a sus propias características biológicas.

En España tenemos una Ley de Igualdad, que asegura la representación equilibrada de ambos sexos en la composición de los órganos y cargos de responsabilidad de todos los poderes públicos, en los consejos de administración de las empresas y en la normativa del régimen electoral.
http://www.psoe.es/ambito/saladeprensa/news/index.do?action=View&id=124449

El problema es que las hembras no han evolucionado para convertise en machos dominantes, sino para esperar sumisas a su príncipe azul. El sistema paritario es poco realista y la fabricación social de resultados iguales será catastrófica para las personas implicadas, incluyendo a mujeres poco preparadas y sin los recursos necesarios para entender la índole de las jerarquías masculinas. La mujer experimenta las emociones y las relaciones como su forma primordial de ser; su papel en el hogar y la familia le satisface emocionalmente. La mujer mira hacia dentro. El hombre mira hacia fuera, para anticipar las amenazas, y esto le satisface emocionalmente.

Aunque mujeres y hombres sean diferentes, las oportunidades deben ser iguales, pero para mí está muy claro que iguales oportunidades no pueden ofrecer iguales resultados, porque las diferencias sexuales influyen en el comportamiento y en las elecciones. Intentar que los hombres y las mujeres sean idénticos es avanzar en nuestra destrucción. La existencia de cupos fomentará la mediocridad y la incompetencia. Continuará el desplome demográfico. Las mujeres no se realizan ni son felices haciendo lo mismo que los hombres. Sus niveles de serotonina son más bajos y esto influye en una menor confianza y autoestima. Les estamos exigiendo mucho: ser buenas trabajadoras, ser buenas esposas, ser buenas madres, que duerman poco y que resistan este estrés. El trabajo es una prioridad secundaria para la mayor parte de las mujeres.
http://www.iconocast.com/KLMNO/A9EK5/News9.htm

Los docentes feministas intentan estimular a las mujeres a estudiar matemáticas o ciencias.
En España, en el curso 2006-2007 se matricularon 209.516 alumnos en arquitectura e ingenierías técnicas. De ellos, 51.737 eran mujeres. En arquitectura e ingenierías fueron 152.857 alumnos matriculados, de ellos 47.073 mujeres. Las mujeres eligen preferentemente las ciencias sociales, la medicina, el derecho y las humanidades. Los feministas parten de la falsa premisa de que si mujeres y hombres reciben las mismas oportunidades demostrarán el mismo interés por todas las disciplinas. Pero iguales oportunidades no implican iguales resultados.

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