justomedio: Las funciones ejecutivas: seleccionando una acción.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Las funciones ejecutivas: seleccionando una acción.

¿Cómo seleccionamos una acción de entre los miles de acciones posibles?
El concepto de Funciones Ejecutivas fue popularizado por Lezac: Son un conjunto de habilidades implicadas en la generación, supervisión, regulación, ejecución y reajuste de conductas y pensamientos adecuados para alcanzar objetivos complejos, tanto de naturaleza cognitiva como socio-emocional, especialmente aquellos que requieren un abordaje novedoso y creativo. El cumplimiento de estos objetivos requiere recuperar información del pasado y tener en cuenta tanto las consecuencias inmediatas como los resultados a medio y largo plazo. Coordinan información procedente de distintos sistemas de entrada, procesamiento y salida.
Las funciones ejecutivas constituyen mecanismos de integración intermodal e intertemporal, que permiten proyectar cogniciones y emociones desde el pasado hacia el futuro con objeto de encontrar la mejor solución a situaciones novedosas y complejas. Requieren la participación conjunta de sistemas dinámidos integrados por la corteza frontal, distintas regiones corticales posteriores y otras estructuras paralímbicas y basales, con cierto grado de redundancia.

PROCESOS, COMPONENTES, FUNCIONES.

Para Stuss et al., existen tres procesos frontales-ejecutivos:

Energización: se define como el proceso de iniciación y mantenimiento de una respuesta, y se basa en la existencia de una tendencia interna a iniciar y mantener una actividad neuronal en ausencia de input. Este proceso es una extensión del modelo de sistema supervisor ya que, en ausencia de ‘disparadores’ externos o condiciones motivacionales que eliciten una respuesta, el sistema se mantiene en un bajo nivel de activación a la espera de ser energizado al detectar un estímulo o poner en marcha una conducta motora. Sin energización no es posible seleccionar y mantener una respuesta durante períodos prolongados.
Fijación o Programación de tareas (task settig): habilidad de establecer relaciones entre estímulos y respuestas. La conexión entre el estímulo y la respuesta requeriría la formación de un criterio para responder a un objetivo definido con características específicas, organización del esquema necesario para completar una tarea particular y el ajuste del dirimidor de conflictos. El programador de tareas se ve afectado consistentemente después del daño en la región lateral izquierda del lóbulo frontal, sobre todo ventrolateral.
Monitorización: se refiere al proceso de chequeo de las tareas a lo largo del tiempo a modo de “control de calidad” y de ajuste de la conducta. La monitorización puede ocurrir a diferentes niveles: control de la actividad en curso con respecto al esquema establecido, temporalización de la actividad, anticipación de estímulos, detección de errores y discrepancias entre la respuesta conductual y la realidad externa.

Para Miyake et al. se pueden disociar tres componentes ejecutivos independientes aunque correlacionados:

Actualización (updating): consiste en la renovación y monitorizaciónde contenidos de la memoria de trabajo. Se relaciona con la corteza frontopolar.
Inhibición (inhibiting): inhibición de respuestas predominantes o automatizadas. Se relaciona con el área motora pre-suplementaria, giro frontal inferior, cingulado anterior y núcleo subtalámico.
Flexibilidad mental o cambio (shifting): capacidad de alternar entre esquemas mentales o tareas. Se relaciona con la corteza orbitfrontal lateral, prefrontal dorsolateral, corteza parietal e ínsula.

Lezak ha propuesto la existencia de cuatro componentes ejecutivos disociados:

Volición. Procesos complejos que determinan las necesidades y deseos del sujeto, así como la conceptualización de la realización de estas necesidades. Representa una capacidad para la conducta independiente y requiere de la capacidad para formar una meta y una intención sobre ésta. También requiere de autoconciencia acerca de uno msmo y de su relación con el ambiente que le rodea.
Planificación. Identificación y organización de pasos y elementos necesarios para realizar una meta. Requiere de la capacidad para conceptuar los cambios que ocurren en el presente, considerar las alternativas y producir las ideas necesarias para darle dirección al plan. También se requiere un adecuado control de impulsos y del funcionamiento óptimo de la memoria y de la atención sostenida.
Acción dirigida. Capacidad para convertir la intención y el plan en acciones productivas. Requiere de la iniciación, mantenimiento, cambio y detección de secuencias de conducta compleja, de una forma ordenada e integrada.
Ejecución efectiva. Es la capacidad para monitorizar, autocorregir y regular la intensidad y el tiempo.

Para autores como Logan, son cuatro los subcomponentes implicados en el funcionamiento ejecutivo:

Selección de estrategias para completar una tarea.
Elección de la estrategia.
Ejecución y mantenimiento de la estrategia.
Inhibición de la estrategia en función de variaciones en la demanda de la tarea.

Para Smith y Jonides existirían cinco procesos implicados en el control ejecutivo:

Atención e inhibición.
Manejo de la tarea, planificación, monitorización y codificación de las representaciones en la memoria de trabajo.

Para Tirapu-Ustárroz et al, son varios los procesos cognitivos implicados en el funcionamiento ejecutivo:

Velocidad de procesamiento.
Control de la interferencia (inhibición)
Memoria de trabajo (incluidos procesos de actualización, mantenimiento y manipulación)
Flexibilidad cognitiva.
Ejecución dual (incluidos tests multicomponente o multitarea).
Acceso a contenidos almacenados en la memoria o fluencia verbal.
Planificación.
Toma de decisiones.

MODELOS TEÓRICOS DE FUNCIONAMIENTO EJECUTIVO
Se ha propuesto múltiples modelos de funcionamiento ejecutivo, que podemos clasificar en cuatro grupos:

Modelos de procesamiento múltiple, basados en la noción de modulación jerárquica arriba-abajo (top-down). Proponen que la principal función del sistema ejecutivo es la resolución de situaciones novedosas mediante la contención de programas rutinarios o activados por defecto y la generación, aplicación y ajuste de nuevos esquemas de cognición - acción.
Modelos de integración temporal orientada a la acción, relacionados con el constructo de memoria de trabajo. Para estos modelos, la principal función del sistema ejecutivo es el mantenimiento y la manipulación de la información en la memoria de trabajo (memoria ejecutiva), para proyectarla hacia la acción dirigida.
Modelos que asumen que las funciones ejecutivas contienen representaciones específicas relacionadas con las secuencias de acción orientadas a objetivos. Estos modelos derivan de los anteriores y soslayan la memoria de trabajo.
Modelos que abordan aspectos específicos del funcionamiento ejecutivo soslayados por los modelos previos.

La teoría de la puerta de entrada, propone que el polo central (Área 10) es una estrucutra clave en la habilidad para hacer de interruptor entre información orientada a los estímulos ambientales e información centrada en pensamientos y planes autogenerados y automantenidos a través de la reflexión.
La teoría del marcador somático (Damasio, Bechara et al.) destaca el papel principal de la porción frontal anterior medial en los procesos de toma de decisiones mediante la integración de la información contextual, episódica e introceptiva (introducida en señales emocionales) necesaria para seleccionar la elección más adaptativa en función de nuestra propia historia personal y nuestras motivaciones y objetivos. La idea que subyace es que el juicio y la toma de decisiones son aspectos ampliamente influenciados por el afecto y la emoción.