Según el estudio de Aiello y Wheeler (1995) acerca de la relación que existe entre tamaño cerebral y longitud del intestino los primates folívoros, con intestinos más grandes, tienen cerebros relativamente más pequeños que los primates frugívoros. Los frugívoros controlan territorios más amplios y recursos cambiantes en el espacio y el tiempo y pertenecen a grupos sociales más amplios. Las características alimentarias, gustativas, metabólicas, cerebrales, morfológicas, cognitivas y conductuales forman un sistema autocatalítico.
- Para explicarlo, enuncian la hipótesis del tejido costoso: Dos especies diferentes de animales, con una tasa metabólica similar, deberían “elegir” entre tejidos intestinales y tejidos cerebrales. Como la dieta folívora exige intestinos muy grandes para la digestión, ese sistema digestivo costoso sería una barrera para una alta encefalización.
El destete precoz en los humanos con respecto al resto de los antropoides, junto con el suplemento de alimentos nutrititivos, sería esencial para el desarrollo del cerebro en los primeros años de vida.
Teorías que afirman la importancia de la dieta carnívora.
- Katherine Milton (1988) apunta como única salida para la demanda metabólica del cerebro en el género Homo la de un cambio de dieta hacia nutrientes de mayor rendimiento, carne en esencia.
- Una interpretación así parece chocar con un obstáculo como es el de un tamaño relativamente bajo del intestino de los humanos cuando se compara con los demás primates. Que el cerebro necesite más nutrientes y el intestino disminuya de tamaño podría parecer algo extraño. Para Milton, eso se explica porque el aparato digestivo humano está especializado, con un intestitno delgado relativamente grande.
- Glynn L. Isaac y Owen Lovejoy destacan la importancia de los comportamientos sociales alrededor del reparto de alimento y en particular de la carne.
- Según Lovejoy, el aprovisionamiento de carne es asegurado por los machos cazadores que la ofrecen a sus hembras a cambio de la exclusividad sexual.
Teorías que niegan la importancia de la dieta carnívora.
- Robert Martin (1996):
- Apunta que la correlación entre dieta carnívora y alta encefalización se ve contradicha por el cerebro pequeño de los murciélagos insectívoros, cuyo intestino es relativamente menor al de los murciélagos que se alimentan de frutas.
- Aiello y Wheeler no dicen nada sobre lo que debe suceder cuando el tracto digestivo es corto.
- Lanza la hipótesis de la energía materna: El crecimiento del cerebro de un primate se realiza en el feto, durante el embarazo y en la exterogestación (lactancia), así que la variable a considerar es la de los recursos energéticos de que dispone la madre tanto mientras está embarazada (metabolismo basal materno) como en el periodo que alimenta a sus hijos. Una madre produce hijos con cerebros grandes tanto incrementando el periodo de gestación como aumentando la tasa metabólica (dieta).
- Recuerda no obstante que puede aparecer un incremento del tamaño cerebral relativo a causa de la existencia de presiones selectivas hacia cerebros más grandes y complejos.
- Lehrke (1972) sugirió que los genes que codifican las funciones intelectuales se localizan en el cromosoma X de la madre (imprinted genes).
- Richard Wrangham et all., insisten en el papel del fuego y la cocción en la liberación de la energía necesaria para el desarrollo cerebral. Después de la cocción, se duplica la asimilación del almidón. Esta hipótesis minimiza el papel de la carne y se ve respaldada por el poderoso aparato masticador de los homínidos, bien adaptado para tubérculos, rizomas, bulbos y raíces; la morfología de nuestro tracto intestinal, parecida a la de los frugívoros; y nuestras percepciones gustativas.
- Las huellas más antiguas de utilización del fuego datan de 1,4 mda. En este momento Homo ergaster convive con parántropos y muestra un esmalte dental más fino. Esta reducción pudo ser posible debido a la alimentación carnívora, a la cocción o a ambas a la vez.
- A partir del ergaster, el tamaño cerebral aumenta mientras que el de los dientes disminuye.
- Nunca se ha cocinado tanto como hoy; sin embargo, el sapiens actual tiene un cerebro 300 cc más pequeño que el del neanderthalensis o el sapiens de Cro-Magnon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario