Podemos considerar la sociedad como un sistema complejo abierto y autopoiético.
Un sistema complejo está compuesto por una enorme cantidad de elementos en interacción, autónomos y autoorganizados, capaces de intercambiar entre ellos y con el entorno materia, energía o información y de adaptar sus estados como consecuencia de tales interacciones. Otro resultado puede ser la configuración del propio entorno.
El sistema se diferencia del entorno en base a un cerramiento operacional o clausura operativa: en las operaciones propias del sistema no hay ningún contacto con el entorno. En lo referente a estas operaciones, son autocatalíticos y autoorganizados.
El sistema da lugar a emergencias o propiedades que no están presentes en las partes que lo forman.
Los elementos del sistema se autoorganizan y evolucionan adaptativamente, de forma irreversible.
El sistema es recursivo y se automonitoriza. Posee retroalimentaciones que corrigen desviaciones oponiéndose a los cambios y retroalimentaciones que amplifican los cambios.
La complejidad es creciente y la selección entre alternativas se realiza de forma estocástica.
Un sistema autopoiético organiza la producción de sus propios componentes, de manera que éstos se regeneran continuamente.
Para Luhmann, la sociedad está compuesta de comunicaciones singulares. (Bunge ha criticado esta reducción: para que exista sociedad se necesita gente). Evidentemente, en la sociedad mundial, una comunicación individual no puede relacionarse con todas las demás comunicaciones. Por ello la autopoiesis de la sociedad, la producción de las comunicaciones a partir de comunicaciones anteriores, es selectiva. Esta forma de autopoiesis de la sociedad, da lugar a múltiples restricciones.
El intercambio de la sociedad con el entorno es informativo. Los límites del sistema de la sociedad están marcados por el sentido. Solo forman parte del sistema las comunicaciones singulares poseedoras de sentido. Las operaciones de la sociedad son comunicaciones con sentido y esto constituye su autopoiesis y su cerramiento operacional. Gracias a esta autopoiesis, la sociedad decide cuando y como reacciona al entorno, permaneciendo indiferente en los demás casos. La sociedad es un sistema que observa.
La sociedad es autocatalítica pues las propias comunicaciones generan nuevas comunicaciones, de forma acelerada. Estas comunicaciones son recursivas, se retroalimentan, en la dirección del tiempo y se autoorganizan. Pueden ser autorreferentes y de carácter automonitorizador.
Las especies más desarrolladas encontraron una ventaja evolutiva en el intercambio de información (aprendizaje vicario o economía de la cognición). Los seres vivos se vuelven dependientes del sistema, de la sociedad, pero no de los otros individuos, ya que pueden elegir los contactos recíprocos.
Los sistemas de comunicación se constituyen a sí mismos mediante la distinción médium/forma. La distinción
medium/forma, proviene de la reflexión de Fritz Heider (Gestalt). La percepción de algunos objetos se efectúa por el medio de la luz o el aire; la luz y el aire no son transmisibles en tanto tal, lo que podemos observar son imágenes y escuchar sonidos. Para la teoría de sistemas, la información no es una transferencia sino el procesamiento de la diferencia médium/forma.
La hominización parece ser el resultado simultáneo de una extrema dependencia social y un alto grado de individualización. Este desarrollo se alcanza mediante la construcción de un orden complejo de comunicación provista de sentido.
sábado, 6 de marzo de 2010
La sociedad como sistema complejo
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