Cuenta Gustavo Bueno que el tipo de dualismo mítico izquierda-derecha que alcanzó más popularidad tras la Segunda Guerra Mundial fue el dualismo
izquierda = progresismo = innovación
derecha = conservadurismo = inmovilismo.
Este dualismo se pensó que había sido demostrado por los experimentos japoneses en Koshima, donde vivían distintas bandas de macacos.
Los investigadores dejaban boniatos o batatas en una playa, sucios de tierra y arena y los macacos los limpiaban como podían. Pero un buen día de otoño de 1953, una hembra de año y medio lavó un boniato en un arroyo. Al cabo de cuatro años, eran quince los macacos que lavaban los boniatos. Los investigadores comprobaron que aprendían los jóvenes, mientras los mayores se mantenían apegados a las tradiciones.
Aunque parezca una tontería, esta idea triunfó y hoy podemos leer noticias como ésta:
El Tribunal Supremo imputó ayer al juez Baltasar Garzón por un delito de prevaricación por la investigación que dirigió contra los crímenes cometidos durante la dictadura de Francisco Franco. La sala penal del alto tribunal, integrada por cuatro jueces conservadores y uno progresista, admitió a trámite la querella presentada por el sindicato ultraderechista Manos Limpias, pese a que el fiscal había reclamado el archivo.
Y de esta forma la dualidad histórico-política izquierda-derecha se hace equivaler a una dualidad zoológica.
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