Muchas personas (y algunas muy listas, como Wallerstein) piensan que la riqueza de unos implica la pobreza de otros. Por tanto, los que vivimos en países ricos, seríamos culpables de la pobreza de los países menos desarrollados.
A mí me parece una visión muy simple. Se trata de un juego de suma cero, donde los recursos no pueden ser aumentados. Yo creo que la riqueza se puede crear y por tanto tiene que haber otras explicaciones.
Es cierto que las élites de los países ricos ponen muchos impedimentos al desarrollo de los países pobres: el proteccionismo, los aranceles, las subvenciones, la propiedad intelectual, las patentes...
Pero también es verdad que las élites de los propios países pobres son todavía más culpables.
Por ejemplo, en el Rajastán tienen un índice de lluvias de los mayores del mundo.
El problema es que estas lluvias torrenciales son monzónicas. El resto del año, el Rajastán es un desierto. El gobierno indio fue capaz de desarrollar la bomba atómica, pero manteniene infraexplotado este recurso natural, de forma que los rajastaníes tienen que ir a buscar agua a lugares lejanos o pagar un precio exagerado por la que traen en camiones. La sed de este pueblo no es culpa del mundo desarrollado.
Otro problema de la India es la deforestación. Hacen falta dos árboles para incinerar un cadáver. De esto tampoco tiene culpa el mundo desarrollado.
En todas las especies, en todos los hábitats, hay una cifra óptima de población por encima de la cual escasean los recursos. Los países pobres, a pesar de serlo, incrementan su población mientras que los países europeos la han estabilizado. ¿Quién tiene la culpa?
“No vamos a pedir perdón por nuestro estilo de vida, ni vamos a vacilar en su defensa”. Barack Obama, discurso de toma de posesión.
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