Según esta teoría (Robert Sessions Woodworth, 1929), la respuesta (la conducta) es función del estímulo y del organismo. Los estímulos se presentan en el sistema nervioso central; esta representación del entorno produce cambios internos en el organismo que influyen en la interactuación con el ambiente al desplegar el comportamiento.
- El estímulo es producido por el ambiente. La cantidad y cualidad de los estimulos capaces de desencadenar una determinada conducta son propias de cada individuo, en razón de los siguientes factores:
- El factor filogenético (causas lejanas del comportamiento). Historia evolutiva experimentada por la especie, representada en el acervo genético. Permite la reacción a los estímulos cuya detección haya resultado ventajosa para la supervivencia de la especie.
- El factor ontogenético (causas próximas del comportamiento). Recoge las circunstancias en las que se ha desarrollado la vida del individuo. Incluye la dotación genética particular y las interacciones entre ese genotipo y el ambiente (los factores epigenéticos). Este factor es el responsable de que los individuos de la misma especie reaccionen de distinta forma al mismo estímulo.
- El organismo.
- El factor filogenético se plasma en el organismo (factores biológicos): estructuras receptoras (sensación, percepción), sistemas que integran la señal estimular, y aparato motor encargado de responder.
- En la ontogenia, los factores epigenéticos modulan la expresión genética con diferente grado de reversibilidad.
- Los efectos menos reversibles se dan principalmente en los llamados periodos críticos de la etapa perinatal.
- Los efectos reversibles están relacionados con la plasticidad neuronal, relacionada con el aprendizaje y la memoria.
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