- El lenguaje modela el pensamiento.
- El lenguaje surge de la mente.
Parece estar basada en un conjunto prefijado de conceptos que regulan docenas de construcciones y miles de verbos; conceptos fundamentales como el espacio, el tiempo, la causa o las intenciones humanas. Estas construcciones son usadas tanto en formas literales como metafóricas.
La segunda conclusión de Pinker es que la habilidad para concebir un determinado evento de dos formas distintas (como "causar que algo vaya hasta alguien" y "causar que alguien tenga algo") es un rasgo fundamental del pensamiento humano y constituye la base de la mayoría de las discusiones. Para dar algunos ejemplos: "terminar un embarazo" contra "matar a un feto" "una bola de células" contra "un niño no-nacido" "invadir Irak" contra "liberar Irak""redistribución de la riqueza" contra "confiscación de bienes".
Pinker concibe la inteligencia humana como algo formado por:
- Un repertorio de conceptos -tales como objetos, espacio, tiempo, causa e intención- que son útiles para una especie social con grandes cantidades de conocimiento.
- Un proceso de abstracción metafórica que nos permite limpiar estos conceptos de su contenido conceptual original --espacio, tiempo y fuerza-- y aplicarlos a nuevos dominios abstractos. Esto ha permitido que nuestra especie haya evolucionado desde el uso de piedras, herramientas y animales hasta la concepetualización de las matemáticas, la física, el derecho y otros dominios abstractos.
- Debe transportar un contenido concreto.
- Debe facilitar la negociación con los otros.
El ejemplo más sencillo está en las peticiones educadas. Si expresas tu petición como una condición: "Si abrieras la ventana, sería genial", aunque el contenido es una orden, el hecho de que no uses el imperativo implica que no estás actuando como en una relación de dominación en la que podrías presuponer la aceptación del otro. Esto funciona en todos los actos de habla encubiertos que implican un rechazo: sobornos, amenazas, proposiciones requerimientos y demás. La vaguedad del lenguaje, lejos de ser un error o una imperfección podría ser, de hecho, un rasgo que podemos usar a nuestro favor en las interacciones sociales.